Potente

AlbertoR
2 min readDec 20, 2021

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El Café Bar Potente era uno de los muchísimos locales de hostelería que pueblan la ciudad. De aspecto vetusto y poblado por gente mayor, fue uno de esos bares con nombre peculiar por el que asomé de manera testimonial, y nunca solo.

Años después, siendo poco más que un adolescente, frecuenté -con poco éxito- un gimnasio. En ese ambiente en el que se cruza gente de casi todo tipo destacaba un hombre con un apellido curioso, Potente.

Potente era un hombre moreno, que debía andar por los 30 años. Rondaba el metro ochenta, pero aparentaba menos. No era mal tipo, aunque tendía a parecer chulillo.

Potente era de los que comían en los vestuarios, mucho arroz y pollo, y controlaba de suplementos alimenticios. De aquellas andaba muy pendiente de la L-Carnitina, que por lo visto ayudaba mucho al desarrollo muscular.

En la sala era de los que después de cualquier ejercicio se pasaba un rato marcando músculos frente al espejo. Ciertamente era ancho y fuerte, muy marcado. Entrenaba duro y competía en culturismo, o como gustan de llamar los angloparlantes usando una palabra rimbombante, bodybuilding.

Le perdí la pista hace tiempo.

Pasaron los años y volví a otro gimnasio, por el que pasamos prácticamente todos mis paisanos. Más talludito y sin hacer mucho ruido, en esta segunda etapa me sentía un poco menos fuera de sitio. Sufría y a veces hasta disfrutaba mis ejercicios y, como siempre, andaba también pendiente de la fauna local.

En estas, apareció él. Moreno casi anticipando una calva, peludo, un poco más bajo que yo y unos 5–6 años mayor. Lo vi, me llamó la atención y desde ese momento cada vez que asomaba andaba pendiente.

Creo que teníamos amigos comunes pero no le recuerdo ni la voz. Era callado, no molestaba a nadie, hacía sus cosas y se iba.

¿Qué tenía de especial?

Pues unos gemelos que sin ser estridentes parecían encerrar mucha fuerza, por ejemplo. Ese cuerpo menudo parecía albergar varias veces más fuerza de la que enseñaba.

O tal vez ese contraste entre el potente que quería lucir y el que estaba allí encerrado.

Como en la ocasión anterior, acabé mi etapa, dejé de ir y le perdí la pista.

Lo cierto es que al ver el tema de este mes automáticamente me acordé de el.

Este es mi #relatosCarne de diciembre para Divagacionistas

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Desde las sombras todo se ve más claro

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