Reconozco que llevaba tiempo deseando leer el tuit con el tema de este mes. El caso es que al ver la palabra que da el tema, hartazgo, me salió automáticamente el aire por la nariz, y me dio que pensar. Si fuéramos capaces de expresarnos (sentimientos, ideas) mediante olores, esa exhalación diría exactamente lo que pensamos sin necesidad de mover un dedo.
Y es que no es tan mala idea. Supongo que si los humanos, u otros primates, no podemos comunicarnos así será porque no compensa. Pero… ¿y si pudiéramos?
Tendríamos un mundo nuevo ante nuestras narices.
Supongo que el amor sería una fragancia dulce y suave, de estas que saturan el ambiente, pero que nos gustan a todos. El deseo un olor fuerte, como el de la (hipotética) comida favorita de todo el mundo, tal vez como un queso rotundo. El odio, el de esa caca ácida que notamos de vez en cuando, que molesta por lo que es y aún tiene un punto todavía más desagradable. La envidia sería tal vez como la canela, pesada y que está por absolutamente todos lados.
¿Y el hartazgo? Sólo se me ocurre un olor, uno en concreto, el de los huevos podridos, el ̶s̶u̶l̶f̶u̶r̶o̶ ̶d̶e̶ ̶h̶i̶d̶r̶ó̶g̶e̶n̶o̶ ácido sulfhídrico, que suena muchísimo mejor, el H₂S. Es inconfundible, pesado y desagradable, pero no el que más, lo hemos experimentado todos hasta la saciedad y a la vez sin ser tan terrible puede ser síntoma de problemas más graves.
Así de una palabreja de nada derivó una sensación, un olor y, finalmente estas líneas.
Este es el #relatosHartazgo de Divagacionistas, espero que os guste.