Mi último pleno

AlbertoR
2 min readApr 29, 2024

Lancé con suavidad, tratando de darle un leve arco e impactar entre el primer y el segundo, para asegurar el pleno. Pero se me fue hacia la derecha y alcancé a los tres de la esquina y de casualidad.

En la segunda tanda derribé apenas un par más.

En conjunto, 5. Una tirada insuficiente para mantener la ventaja.

Me volví pensativo hacia la silla y el se cruzó conmigo. Sabía que su cara reflejaba alegría, así que evité mirarla. Pero al pasar me tocó.

No me dio un golpe, ni me hizo un mal gesto directamente. Fue lo suficientemente sutil como para que nadie más que nosotros dos fuera consciente de que lo hacía y por qué lo hacía.

Aprovechó mejor su turno y se me puso a un punto. Hice un pleno y contestó con otro. Una media, y también lo repitió.

Después de cada tirada no veía a mis amigos, ni al resto de la gente, ni la pista. Esperaba sus gestos y su voluntario toque.

Cada vez más incómodo, cada vez más alterado. El, confiado en su método.

9 en la penúltima entrada y el hizo un pleno que lo ponía por delante.

Aquí ya no fue sutil. Lo festejó de modo grosero y me volvió a tocar. Apenas un roce, cargado de significado.

Detesto que me toquen sin permiso.

Le levanté un hombro, que le pasó a un palmo de la cara, y lo asusté.

Se alteró y me contestó claramente.

Miré alrededor, y me acabé de dar cuenta de lo solo que estaba. Nadie había reparado en la escena, ni mis amigos se habían fijado en sus gestos, sólo en el mío final. El malo era yo.

“No me gusta como te comportas, no vengo aquí, con mis amigos, para pasar un mal rato, no eres quien para tocarme” le solté.

Han pasado años y todavía recuerdo la escena, la incomodidad y la soledad del momento. No era la bolera, ni la compañía, o el resultado. Era de amargar a sabiendas lo que debía ser un momento de diversión.

Este es mi #relatosRoce para

. Espero que os guste.

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