Un verano con 19 años pelados me fui a un festival internacional de música celta. Me encontré fue un escenario con música folk, mucha gente joven y muy buen ambiente. Todo en un entorno de acampada libre en prados y con un único bar al uso.
Me relacioné, lo pasé realmente bien y a mayores aprendí unas cuantas lecciones muy importantes:
-La primera es que por muy joven que seas, en algún momento habrá que comer algo.
-La segunda es que algún lugar para descansar, alguna vez, también hace falta. Ya no digamos a cubierto, por si llueve y te pasas varios días calado.
-La tercera lección es ni más ni menos que una verdad universal: Tu vida la define tu culo.
Da igual quién seas o lo que hagas, al final el que manda es él. Tiene el poder de arruinar toda tu vida o, si tienes suerte, sólo algunos días, así que te conviene aprender a llevarte bien con el, y cuanto antes mejor. Y lo que es peor, también el de tu gente.
Es curioso lo que le cambia a una persona el carácter cuando lleva varias horas aguantando las ganas, así que sin hablarlo explícitamente la búsqueda de un váter en condiciones se convirtió en la prioridad el domingo a media mañana.
El del bar del festival ya no estaba ni para el yonki de Renton en Trainspotting, la estación de servicio de la autovía (con un conveniente agujero en la valla) tardó años en funcionar. Quedaba buscarse la vida en el pueblo.
Unos 30 minutos caminando por el arcén de una carretera nacional, molidos por el cansancio, la resaca y una necesidad ya imperiosa.
Al llegar, la segunda fase, localizar un sitio en condiciones. Uno del grupo entraba en un local, pedía algo, automáticamente iba al aseo y al poco volvía con un informe. Recuerdo la cara que se me quedó al descubrir una pileta turca (una placa con dos huellas para poner los pies y un agujero central), o unas puertas como las de un bar de western como acceso a un váter.
Creo que al tercer año encontramos un buen local, una confitería al lado de la iglesia. Un café cargado, unos croasanes, un cuarto de baño limpio y vuelta a la fiesta ya sin equipaje.
Este es el #relatosEquipaje de Divagacionistas del mes, espero que os guste.