Hace más de media vida fui a un examen sin tener ni idea, tiempo después salió la nota -aprobado con un 5,00- . Muchas, muchas vueltas le he dado al asunto, y aquí está su historia:
Antecedentes: Primero de carrera, convocatoria de septiembre, asignatura de Bioquímica.
No acababa de entender la asignatura, no me llevaba muy allá con el profesor, la había preparado de aquella manera para la convocatoria de junio.
1,00
Contexto: Por costumbre para septiembre me centraba en tres. Calculé mal el tiempo y me vi con dos con opciones, que saqué, y una a la que tenía que ir aunque fuera a pasar el rato.
1,00
Condiciones: Un par de preguntas de desarrollar y el resto del examen tipo test, un formato interesante, aunque con unos riesgos evidentes.
1,00
Ejecución: Fui con las ideas muy claras y consciente de mis limitaciones. No me compliqué la vida, razoné lo mejor que pude, contesté a lo justo, me tomé mi tiempo y salí de allí sin lamentaciones pero asumiendo mi suspenso.
1,00
Resolución: Tan cierto estaba de mi destino que ni me preocupé por consultar las notas. Fue un amigo el que buscando la suya en el tablón se encontró con la mía.
Incrédulo, bajé rápidamente a la facultad, comprobé mi resultado y hasta le hice una foto, que salió oscura y movida.
1,00
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1,00 + 1,00 + 1,00 + 1,00 + 1,00 = 5,00 Aprobado.
Conclusiones:
- Ni que decir tiene que jamás me ha vuelto a pasar algo semejante. Si hago las cosas mal, normalmente me salen mal.
- La magia, lo improbable, es en ocasiones simple error de análisis. Hay factores que no tenemos en cuenta o a los que no les damos el valor que tienen y que determinan el resultado final.
Este es mi #relatosMagia para
, espero que os guste.